La práctica de natación, fútbol y patinaje no solo promueve la actividad física, ayudando a mejorar la coordinación, la fuerza y la resistencia en los niños y niñas, sino también aporta al fortalecimiento de las habilidades sociales y de autogestión cruciales en esta etapa de la vida. A través de la natación, los chiquitines superan el miedo al agua, desarrollan su capacidad pulmonar y mejoran su rendimiento cardiovascular. Por medio del fútbol, fortalecen el trabajo en equipo, la disciplina y la perseverancia, mientras que, el patinaje, contribuye a la mejora del equilibrio y la coordinación motora.
¡Sigamos motivando a nuestros niños para que se conviertan en grandes deportistas!